Cuando compramos un automóvil cero kilómetro, lo cuidamos como a un bebé, lo mejor de lo mejor. Durante su primera etapa de vida, hacemos todo lo posible por cumplir con las recomendaciones del fabricante, al menos mientras dure la garantía, para que no haya excusas en caso de ser necesario activarla.
Esos primeros mantenimientos preventivos se realizan en los concesionarios de la marca del vehículo, por tanto, ellos se encargan de reemplazar las piezas que correspondan. Este tipo de servicios suelen tener un precio superior al que cobran otros establecimientos por algo similar, no obstante, hacemos el sacrificio en función de lo mencionado de la garantía y además por ser nuestra reciente pero amada adquisición.
Sin embargo, ese gasto, a veces excesivo, no es sostenible para todos, por mucho que lo deseemos existen otras prioridades que encabezan la lista de responsabilidades que tenemos a cargo. Esta es una realidad para la mayoría de las familias de España, por lo tanto, hay que distribuir lo más sensato posible el presupuesto disponible.
Podemos optar, por hacer las revisiones y reparaciones en talleres mecánicos, y seguir comprando repuestos nuevos, esta alternativa abarata un poco el gasto, pero como sabemos hay piezas que hoy día resultan bastante caras, especialmente si son originales. Entonces podríamos inclinarnos por productos genéricos, que evidentemente cuestan menos, pero con los cuales se corre el riesgo de no tener una calidad similar a sus homólogas originales.
Honestamente, hay piezas genéricas que resultan muy buenas, incluso hay quienes aseguran que no ven diferencias con las originales y se sienten muy a gusto, pero hay tantas marcas blancas que cuesta distinguir cuáles son las mejores entre ellas y cuáles definitivamente no sirven tanto y son un verdadero fiasco. Se convierte en una suerte de ensayo y error.
Pero aún queda la opción de los recambios segunda mano coches, la ventaja que tienen éstos es que pueden ser originales o genéricas, es decir, podemos encontrar las de nuestra preferencia, por supuesto, a un precio muy inferior a los casos mencionados anteriormente. También existe un riesgo, pero es cuestión de comprar solo en desguaces autorizados.
En España, el comercio de piezas de segunda mano está legalmente regulado, por ende, todo lo que se venda debe estar revisado y probado para garantizar su perfecto funcionamiento. En este sentido, la clave para hacer una compra segura es hacerlo exclusivamente en desguaces legales.
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